A menudo olvidamos el apego a la familiaridad cotidiana, la capacidad de sentirnos satisfechos y alegrarnos de la repetición siempre nueva, de aquello que hace encantador el transcurso del tiempo: mirar, pasear, construir, leer, sentarse a la mesa entre tus seres queridos, hablar, encontrarse, amar, ser amigos.

Quien tiene todo esto es un privilegiado y debe saber que lo es, debe ser consciente de que su felicidad es ese fluir normal, pero siempre nuevo, de las horas de cada día.

Olga y Alberto nos hicieron recordar y valorar todos estos aspectos. Ellos han superado mucho, han luchado, han sufrido y finalmente vencieron. Esperemos que sigan luchando y venciendo, porque ellos se lo merecen.

Gracias pareja!

Y gracias al #TimonDeRoche por tratarnos estupendamente, una vez más!!